Taller niño interior

“En el fondo de todo adulto yace un niño eterno, en continua formación, nunca terminado, que solicita cuidado, atención y educación constantes. Ésta es la parte de la personalidad humana que aspira a desarrollarse y a alcanzar la plenitud”.
Carl Gustav Jung

Las experiencias emocionales que vivimos en nuestra infancia continúan con nosotros en la edad adulta. Los aspectos positivos del niño que una vez fuimos, la creatividad, inocencia, la alegría, la capacidad de asombro, nuestro potencial innato para explorar, asombrarnos y ser creativos nos empoderan y, así mismo, las experiencias negativas, necesidades insatisfechas, emociones reprimidas, continúan presentes en el adulto que somos y nos limitan.

Todos llevamos dentro el niño que alguna vez fuimos con sus ilusiones, deseos, aptitudes… Y también sus heridas, ocasionadas por la ira, el dolor, sentimientos reprimidos y nos convertimos en ese niño lastimado que permanecerá en nuestra vida impactando nuestra conducta.

No estamos hablando de una infancia desastrosa, sino a experiencias que nos dejaron consecuencias… como fue tu ambiente familiar, la relación de tus padres contigo, con tus hermanos, etc., posiblemente en esta concientización vas a descubrir algunos aspectos discordantes que te dejaron secuelas, tales como que puede que una persona esté siempre en busca de aprobación, el miedo a la soledad, al abandono, entre otras.

Cuando somos adultos, la mayoría de nosotros IGNORAMOS a nuestro niño interior, o lo criticamos igual como nos criticaban.

En conclusión, todo lo que nos ha sucedido en nuestra infancia, tengamos consciencia o no de ello, tiene un impacto importante en nuestra existencia, de manera que determinan el filtro con el cual vemos la vida, a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno.